Emblemático comandante de la revolución cubana.
Historias verídicas cubanas – Triunfo de la revolución cap 25 pag. 342
Pablo era el único vestido de civil adentro de aquel despacho. Camilo permanecía sentado en la mesa del escritorio, dando la espalda a la puerta de entrada. Por cortesía aparentaba no sorprenderse ni alterarse con la presencia del extraño. Y se volvía a los presentes como si lo incluyera entre ellos también a Pablo diciendo: —¡Déjenlo a Fidel que pose para las cámaras, que se ponga el mismo carteles de bienvenida! Los verdaderos revolucionarios no andamos por alfombras rojas… —repuso Camilo algo molesto, ocultando quizá alguna rencilla que pudo haber tenido en los últimos días con el máximo conductor de la revolución. Luego se detuvo a mirar graciosamente Pablo. «¿Y este, quién será?» —pensó Camilo. Y antes que lo mencionara, Mario se lo presentó como un tipo por demás corajudo que procedía de la lucha clandestina de La Habana.